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El radar de Santo Domingo funcionará a final de marzo

La cabina y una cámara para prevenir actos vandálicos están ya instaladas en la bajada del alto en Otxarkoaga


El tercer radar fijo de Bilbao empezará a funcionar previsiblemente «a finales del próximo mes de marzo», según adelantaron ayer fuentes del Ayuntamiento de Bilbao. Junto a los dos cinemómetros que ya sancionaban a los conductores infractores en la Avenida de Zumalacárregui, a partir de ahora habrá otro en el alto de Santo Domingo, uno de los principales puntos negros de la capital vizcaína. En concreto, estará ubicado en la bajada de la Bi-6312, en sentido Bilbao, a la altura del barrio de Otxarkoaga, donde la velocidad está limitada a 80 kilómetros por hora. En ese punto ya se ha colocado la cabina donde irá alojado el aparato que mide la velocidad, además de una cámara de videovigilancia como las que funcionan en Zumalacárregui para prevenir actos vandálicos.

La cabina donde irá alojado el radar está instalada en la bajada del alto de Santo Domingo.

 

El Ayuntamiento bilbaíno apuesta por los radares como sistema «eficaz» para prevenir accidentes. De hecho, se baraja la posibilidad de ubicar el cuarto velocímetro fijo de la ciudad en el mismo punto pero en sentido contrario, en la subida al alto de Santo Domingo, aunque la decisión aún no ha sido adoptada. La Unidad de Tráfico de la Policía Municipal está realizando un estudio con otras posibles ubicaciones, en función de la siniestralidad.
«Ingresos ‘extra’»
Desde que se instalaron en la Avenida de Zumalacárregui, los siniestros han descendido un 70%. Así, en 2009 sólo se registró un accidente, por invasión de carril contrario. En lo que llevamos de año, hasta el pasado 17 de febrero, estos dos cinemómetros, tanto el instalado en la salida de Bilbao como el de entrada, han sancionado a 2.660 conductores, según los datos facilitados por el Consistorio.
Para la Asociación de Familias de Otxarkoaga, sin embargo, este radar «sólo tiene una finalidad recaudatoria y no sirve para aumentar la seguridad». Esta agrupación vecinal, contraria a la autovía Variante Este (Ibarsusi-Santo Domingo), sostiene que el aparato no se ha colocado en la conocida como ‘curva de la muerte’ sino en una recta, «donde nunca hay accidentes», lo que evidencia, a su juicio, que el Ayuntamiento pretende conseguir «ingresos ‘extra’».
«Llevar los accesos a Bilbao por Santo Domingo es un grave error», protestan. Se quejan del nivel «insoportable» de ruidos que sufren y proponen como soluciones enlazar Derio y el nudo de Lezama-Leguizamón mediante un viaducto o «liberalizar» el peaje de los túneles de Artxanda.