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Cambio cultural

El modelo vasco de salud se parece cada vez más al de Isabel Díaz Ayuso en Madrid o Juan Manuel Moreno en Andalucía.

Parece mentira que con la que ha llovido durante la pandemia y la visión sistemática de las costuras del sistema público vasco de salud (Osakidetza), en vez de arreglarlas o siquiera parchearlas, el proyecto de desmantelamiento del mismo siga su curso, como si se tratara de una fórmula algorítmica que deba progresar, al margen de terremotos, inundaciones y otros condicionantes externos.

Con más de 7.000 muertes acumuladas en la CAV con motivo de la covid-19, las promesas de reconducir un proyecto como el de la salud, fundamental y central en el desarrollo humano, fueron lanzadas desde las altas instancias para evitar el pánico. Meses de contracciones, de endulzamiento de la situación por los equipos de comunicación, de aplausos a las trabajadoras y de gestos destinados a una población que se manifestaba altamente desprotegida, a la espera y necesidad de indicaciones salvadoras.

Pronto, sin embargo, llegaron las primeras señales de que la sanidad pública era un terreno secundario para los gobernantes. No esa pieza fundamental que cualquier mente o colectivo progresista define para el progreso humano. Primero con ciertas decisiones inexplicables que dejaban entrever la espera al círculo privado partidista que pudiera tomar las riendas del negocio pandémico. Y más tarde con la declaración de su condición de ciertos directivos de alto rango, haciendo valer su posición para la vacunación y otras medidas. Cara a la galería fueron depuestos de sus cargos, pero cuando a las semanas los encontramos dirigiendo otras entidades del entramado público, redescubrimos que quienes dirigen la autonomía vasca lo hacen como si fuera una empresa. Una empresa más bien familiar.

Los precedentes pandémicos en el sistema público de salud habían invitado también a un cambio natural, a una reconducción de un escenario muy agitado, donde las elites habían desplegado incluso prácticas mafiosas. Las oposiciones amañadas habían sido la punta del iceberg que llevaron a la dimisión de Jon Darpón, elegido por Urkullu para dirigir Sanidad, sustrayéndolo de una mutua, de esas beneficiadas por la privatización sanitaria. Roma no paga a traidores, pero sí en cambio a tramposos, y el depuesto consejero fue fichado por una empresa de salud norteamericana que le puso al mando del nicho más grande del planeta, Eurasia.

El camino emprendido de desmantelamiento siguió una ruta implacable, a pesar de escándalos. Porque ese cambio no se produjo y llegamos a la pandemia con lo justo. Trabajadoras que doblaban turnos, que llegaban al límite de la capacidad humana. Bien por ellas, dijeron. Palmadita en la espalda y a mirar hacia otro lado.

Por lo visto entonces, fuimos ingenuos. Me incluyo en este apartado. Porque supusimos que, ante una tragedia de dimensiones desconocidas, casi bélicas por sus víctimas, habría reflexión. Y no la hubo porque nos han demostrado que lo único que cuentan para ellos son los balances. Ganar dinero, a espuertas se supone, y cuanto más rápido mejor. Y lo público tiene sus reglas y transparencias. Lo privado, donde se gana de verdad, es lo prioritario.

Una veda abierta que ya quedó mostrada cuando la pandemia entró y arrasó los centros de mayores, las residencias. Cuando en otros Estados a los que este Gobierno autonómico señalaba falsamente como modelo para su gestión incluyen a estas residencias en su sistema de salud, tal como otras áreas a las que Osakidetza deriva a las privadas (oculista, ortodoncia…), Lakua ha optado por un modelo más carpetovetónico. Privatizar.

El modelo vasco de salud se parece cada vez más al de Isabel Díaz Ayuso en Madrid o Juan Manuel Moreno en Andalucía. Comunidades gestionadas por la derecha española que llevan un proceso de desmantelamiento de la sanidad pública tan notorio que el PSOE, en la oposición en los gobierno autonómicos de estas dos comunidades, lo utiliza como lanza para desgastar la gestión. Sin embargo, en la Comunidad Autónoma Vasca, con un proceso de desmantelamiento similar, el PSOE avala y participa de la misma estrategia de descalabro de la sanidad pública que en otros escenarios critica. No se trata de una contradicción, sino de un modelo errático de hacer política, en el que la ética y los valores comunitarios han desaparecido por completo.

Esa singularidad vasca, ese oasis que nos anunciaban desde que el Estado profundo diseñó el de las autonomías, café para todos, y evitar diferenciar la particularidad vasca, catalana y gallega, va perdiendo fuelle. Cada vez las líneas que separaron la política autonómica vasca con la hispana son más finas, sobre todo en lo económico. Urkullu tiene más afinidades con los proyectos privatizadores y deslocalizadores de Ayuso y Moreno que con una dinámica propia y vanguardista de corte soberanista. La txapela le da únicamente el sempiterno toque regional.

Ahora, Gotzone Sagardui, la última consejera de salud, ha sido extremadamente explicita. Para la sanidad pública vasca es necesario «un cambio cultural». Sagardui, alentada por su equipo de comunicación, ha querido asentar lo que es un secreto a voces y dar el pistoletazo de salida, públicamente al menos, a una nueva narrativa política. ¿Por qué en este momento? Porque como relataba recientemente Josep Ramoneda, hay «una oleada reaccionaria de restauración del viejo orden en Occidente». Un ensayo de pasarela de la democracia liberal al «autoritarismo posdemocrático». Nos encontramos en una sociedad donde en el mejor de los casos los poderes políticos son incapaces de poner límite a los poderes económicos, y en el peor, probablemente en el que nos ocupa, donde los poderes políticos son meros morroi de los poderes económicos.

No hay un cambio cultural en el horizonte, porque esa expresión, ese cambio de paradigma hacia la privatización de lo público, hacia el desvío de nuestro dinero hacia las grandes fortunas a través de megainfraestructuras, ya se está dando desde hace tiempo. Sagardui únicamente le ha puesto la kirtena literaria a la txapela.

publicado GARA 2022/06/18

FEDERICO GARCÍA LORCA HA SIDO VISTO EN BILBAO

 

FEDERICO GARCÍA LORCA HA SIDO VISTO EN BILBAO

 

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¡No! no me resulta nada extraño. Ni tan siquiera dudo de la veracidad de la noticia. Cuando a comienzos de este año, hubo, quienes aseguraron que el espectro de Federico García Lorca, había sido visto en Bilbao, a la altura de la calle Ribera de Deusto nº 47.

 

Algunos de sus vecinos dicen que suele aparecer, sobre todo, aquellos días en que hay una densa bruma. Esta llega proveniente de la mar. Lo hace aprovechando que sube la marea y recorre la ría del Nervión, desde el Abra hasta la Ribera de Deusto. Se le suele ver al espectro de cuerpo entero, saliendo de la ría, para acabar atravesando las paredes de las casas y de las fábricas, como buen espíritu que se precie.

 

Como testimonio curioso, siempre se le ha recordado a Fede, -así le apodan cariñosamente los vecinos de la Ribera-, con un semblante serio, tal y como aparece en las imágenes que han llegado hasta nosotros. No obstante, dicen que en Bilbao, siempre que se le ve aparece sonriendo. Algo querrá decir.

 

Los clientes de los pocos bares que hay, que son del barrio o aquellos otros que vienen a trabajar a diario a Zorrozaurre, están acostumbrados a su presencia. Quienes no le ven, empero, sí que le sienten. El suele leer asiduamente la prensa. La gente cuando lee el periódico, si el día es soleado, se sienta en alguno de los bancos de madera que hay en la calle. Por lo general no se sorprenden cuando de repente, les saltan varias hojas a la vez, como si alguien invisible las hubiese pasado a toda prisa, hasta llegar a las noticias que más le interesan, las páginas de cultura como no podía ser de otra manera. Si además hablan de sus obras, mejor que mejor. Pero sucede que cuando la persona que está leyendo la prensa, no es del barrio y ve que pasan inexplicablemente las hojas, sale disparada, mirando hacia atrás y hacia los lados, con el miedo metido en el cuerpo y gritando de pavor. Suelen ser los trabajadores de los bares o los mismos clientes de siempre, quienes les aperciben, ¡¡¡estaos tranquilos, que solo es “Fede”, es como de la casa!!!

 

No sabría explicar por qué le gusta tanto Bilbao. Es cuando menos sorprendente, porque Bilbao, Zorrozaurre o Ribera de Deusto, no tiene nada que le recuerde a su amada vega granadina, ni siquiera huele a las huertas, ni a las flores, ni a las aguas del Genil, ni a los bosques de chopos, ni tan siquiera se encuentra al abrigo de su querida Sierra Nevada. En cambio, este barrio se halla en una casi ínsula, ubicada en la ría del Nervión, en la que impera un aire salino que lo impregna todo, al que se aúnan los restos de polvo de las muchas fábricas en ruina que se elevan por efecto de la suave brisa de la ría. Es de lo poco que queda en pie de un pasado industrial a punto de fenecer. En ese lugar, Fede se suele quedar escuchando todo lo que sucede a su alrededor. Habitualmente cierra los ojos y se queda absorto escuchando las distintas voces que salen de los bares, de los pocos talleres abiertos, de las gentes que pasean andando o en bici. Unido al ruido que producen aquellos vehículos a motor, sobre todo industriales, que transitan por la carretera o el constante runrún que proviene de los barquitos que van hacia el Abra o vuelven de allí, llenos de mirones, de decenas de voyeurs -que escuchan atentamente una voz de guía grabada-, apodados turistas. En todo ello el no ve sino un futuro guión para una obra de teatro o la posibilidad de componer varios versos.

 

Dicen que Fede va quedándose allí en donde se representan sus obras o allí en donde se recitan sus poemas. ¿Pero por qué será que cada vez le gusta más esta zona de Bilbao? se preguntan muchos de los vecinos que le ven, cada vez, con mayor asiduidad por su barrio. Hay quienes dicen, que al parecer, es porque en la villa entienden su obra. Otros sostienen que simplemente porque le aprecian, y a él, la verdad, se le ve que se siente muy querido.

 

Este sentir no es nuevo sino que viene de lejos. Recuerden que cuando estuvo en Bilbao, en el mes de Abril de 1929, en el Ateneo, presentó lo que fue descrito por la prensa bilbaína como una maravillosa conferencia sobre el proceso de creación poética, analizando y distinguiendo entre la imaginación y la inspiración. Se constató, por no pocos periodistas, lo querido que se sintió Lorca, sobre todo por parte de las mujeres bilbaínas, por la atracción que estas sentían por la poesía, es decir, por la expresión más sublime de la belleza. Porque ya lo expresó el periodista Pedro Mourlane Michelena: “en Bilbao se comprende al Lorca de estirpe gongoriana y abolengo agareno”, tras escucharle en lo que se definió desde varios medios de prensa de la época, como, de bella disertación: él ya manifestó que “no creo en la creación sino en el descubrimiento, como no creo en el artista sentado sino en el artista caminante” o cuando afirmó, que, “pasa de la imaginación que es un hecho del alma, al camino de la inspiración que es un estado del alma”. Proclamó Lorca en Bilbao que lo que “se necesita es una fe rotunda en la poesía”.

 

Cuando volvió a la villa, en Enero de 1936, recitó varios versos del “Romancero Gitano” en la Sociedad El Sitio, en homenaje a la gran actriz, Margarita Xirgu. Entre aquellos versos estaban “Prendimiento y Muerte de Antoñito el Camborio en el camino de Sevilla”. Evocaban algo premonitorio sobre su fin pocos meses después: “Cuando las estrellas clavan rejones al agua gris, cuando los erales sueñan verónicas de anhelí, voces de muerte sonaron cerca del Guadalquivir”.

 

La prensa bilbaína describió a Lorca como un hombre de exquisita sensibilidad, de densa cultura, con unos conceptos estéticos de una gran profundidad, con un bello decir, de gracia arábiga, de verbo andaluz, un granadino puro. Recibía entonces en Bilbao, afecto y simpatía, tanto por su talento como por su obra y juventud. Lo tacharon, al escucharle recitar y disertar, de ser un gran actor, por su intención, por su naturalidad, por su clara dicción, por su dramatismo, por su fuerza y por su gran dominio del matiz. Ahora, como espectro, parece otro, dicen que incluso más joven.

 

A lo que añadiría que sigue siendo, conditio sine qua non de su carácter, no haber perdido ni su idiosincrasia ni su gran ego, dado que le sigue gustando que le ovacionen tras ser recitado uno de sus versos o al ser representada una de sus obras.

 

A pesar de discernir perfectamente que no le pueden ver al ser un espíritu. El, cuándo acaba una función en Pabellón nº 6, se coloca delante de actrices y de actores, antes de que estos saluden, tomando para si el reconocimiento del público en forma de aplausos, como si estos fuesen solo para él. Qué se le va a hacer, él es así, tiene esas cosas de su pasado, decía entre risas Paulina, una vecina del barrio que acude con frecuencia a ver las funciones.

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Fede es muy selectivo, porque en las tertulias de la gente que se acerca a este laboratorio de teatro, tanto dentro, en el propio pabellón, como fuera, en la calle, en las mesas en que se está debatiendo o discutiendo, no le gustan las conversaciones que él considera banales. Es más, le encantan aquellas en que se comentan propósitos mucho más loables como cuando escuchó a alguien que opinó “que hemos de aspirar a comprender la vida”.

 

O aquellas otras, que están estrechamente relacionadas con las que sostenían los personajes del relato corto “Pabellón nº 6” de Anton Chejov, que da nombre al mismo laboratorio de las artes escénicas de Zorrozaurre. Fundamentalmente las que sustentaban aquellos dos extraños personajes, el ex ujier, secretario de provincias y que padecía manía persecutoria, Ivan Dmitrich y el doctor Andrei Yefimych, cuando disertaban durante horas sobre filosofía, sobre los estoicos, Marco Aurelio, Diógenes e incluso sobre Hamlet. Asegurando que la inteligencia es la única fuente de placer o argumentando sobre lo trágico de la vida, al describir Chejov a uno de esos personajes, este señalaba que “cuanto más lógicas y razonables eran sus reflexiones mayor y más atormentada era su angustia” o al hacer constar uno de esos personajes “a qué agujero nos ha tirado el destino y lo más doloroso es que también aquí tendremos que morir”. Un sentimiento trágico que envuelve su obra, que está tan presente en el destino trágico de los personajes de Lorca, como también lo está en los de Unamuno, Camus, Bouvoir o Sartre.

 

Creo que le gusta Pabellón nº 6, pero porque él lo ve, tal y como veía a La Barraca, didáctica, como ese sueño que tuvo de utilizar el teatro como un instrumento educador, con el que pretendió dar a conocer al pueblo los clásicos del teatro. Al mismo tiempo que trató de salvarlo, ya que predijo que era posible hacerlo. Porque con un teatro sensible y bien orientado en todas sus ramas, se podía cambiar en pocos años la sensibilidad de un pueblo y que sirviese de tribuna libre donde poner en evidencia morales caducas y equivocadas. También porque lo veía como un bálsamo contra la intolerancia, tan viva hoy, en esta sociedad, como lo estuvo en aquella, en la que imperaban aquellos mismos miserables que le asesinaron y dejaron su cuerpo tirado entre Viznar y Alfacar.

 

Hay otra cosa que creo que le cautiva y es una mera apreciación mía, pero, cada vez que la actriz Itziar Lazkano da la bienvenida, a quienes se acercan a disfrutar de una función a Pabellón nº 6, les regala un saludo cariñoso, acompañado de una sonrisa, dos besos e incluso un abrazo, y esa es una liturgia que le conmueve profundamente a Fede. Porque, saber no sabemos en qué piensa, ya que no habla, pero se coloca al lado de Itziar para dar la bienvenida y se le ve en todo momento sonriendo. Es feliz en Zorrozaurre-Ribera de Deusto, es feliz en Bilbao.

 

De hecho, dada la relación simbiótica que se ha creado, han abierto desde este pabellón una cuenta de correo para quien quiera comunicarse con Fede. A pesar de saber que el espectro no va a responder, porque no puede o simplemente no quiere, pero al menos intuyen que si leerá los correos que le envíen, a fedeamabilbao@gmail.com. Ahora están representando una obra que surgió de una amalgama de varios de sus textos, con la función “los Aborígenes, Lorca, Dali, Buñuel” y poco tiempo atrás lo fue “La Casa de Bernarda Alba” con enorme éxito. Dicen quienes le pueden ver, que últimamente se le ve bastante nervioso. Puede que sea por la incertidumbre que le genera el no saber cuál será la próxima de sus obras que se representarán este año lorquiano en Pabellón nº 6. El no hace otra cosa que actuar con su alma de eterno niño, inquieto, pero a su vez, ebrio de felicidad.

 

 

Luis Bilbao Larrondo

Doctor en Historia Contemporánea

 

 

 

 

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Aitziber Ibaibarriaga y Karlos Renedo

Arquitectos y miembros de EH Bildu Bilbo

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De los espacios de oportunidad a las oportunidades en nuestros barrios

Estamos reorganizando la casa. La casa, el jardín y todo lo que va más allá, ya que en los siguientes años daremos luz verde a los instrumentos de planeamiento territorial que deciden cómo queremos vivir. Instrumentos como el Plan General de Bilbao, el Plan para el Bilbao Metropolitano y las Directrices de Ordenación del Territorio de la CAV que, curiosamente, los vamos a hacer seguramente en este orden, empezando por Bilbao y acabando por el territorio de la CAV, pese a que toda lógica nos dicte lo contrario.

En el caso concreto de Bilbao, estamos en la fase del avance del Plan General. Fase en la que se abre a la ciudadanía la opción de «participar», no con demasiado éxito por cierto. Y es que tras tantos años de autismo institucional estamos dando el bandazo hacia el agotamiento por pseudo-participación.

Una pseudo-participación que se limita al «¿de qué color queréis las farolas?» El problema es que el color y las farolas son lo de menos. «The economy, stupid!» que le espetaría Clinton a Bush. Hablamos de qué modelo urbano, económico, social y cultural queremos para nuestra Villa. Ni más ni menos.

En estas dos décadas que lleva vigente el Plan (desde 1995), no sólo se ha acometido un embellecimiento del centro de la ciudad. La cirugía estética de ciertas partes urbanas ha sido clara (¡qué bonito han puesto Bilbao!) y sin embargo tras la estética también hay toda una apuesta económico, social y de percepción de la realidad.

En lo económico, pasamos de un modelo industrial a una apuesta por el sector servicios y el turismo, donde hemos puesto todos los huevos de nuestra cesta. Las consecuencias ya están aflorando en cada lucha de las personas trabajadoras precarizadas en el Guggenheim, Bellas Artes, las franquicias hosteleras, residencias y las miles de jóvenes (y no tan jóvenes) con contratos parciales en nuestra ciudad. Como siempre, se les ha ido la mano y es la hora de volver a equilibrar nuestro tejido productivo para asegurar un futuro a las siguientes generaciones.

Nadie nos ha regalado nada. Sólo el esfuerzo de nuestros bolsillos ha posibilitado esas operaciones urbanísticas que, en ocasiones, han tenido como consecuencia el patente desequilibrio de inversiones que hemos hecho en el eje de la ría. Ahora es el momento de equilibrar la ciudad y mirar a los barrios.

Los paseos por Abandoibarra son agradables, pero la calidad de vida se basa en servicios básicos de cercanía, accesibilidad, viviendas dignas, comercio local de calidad, puesto de trabajo cerca del lugar de residencia o equipamientos públicos de calidad. En definitiva, en tener barrios vivos.

El desarrollo urbano en estos 20 años ha sido considerable con obras muy necesarias y también con un derroche en macro-operaciones que no lo eran tanto. Grandes retos cumplidos pero también muchas promesas para con los barrios que no se han materializado. La desigualdad social y urbanística se está agudizando en nuestra ciudad y en este nuevo Plan tenemos la obligación de equilibrar el reparto de la riqueza y de la calidad de los espacios que habitamos todas y todos, haciéndolo con mimo y detalle

Es un reto, no sólo para la izquierda soberanista bilbaína sino también para los movimientos sociales y populares, poner a Bilbao en el lugar que le corresponde en Euskal Herria y el mundo. Un objetivo que debe basarse en el equilibrio y el dialogo con el resto del territorio que nos rodea, sin polarizar y vaciar barrios y pueblos para llenar otros.

Nuestro reto: (re)pensar la ciudad poniendo en el centro a las personas y la vida, haciéndolo desde una visión de género, cultural y de respeto a nuestro entorno. Nuestra apuesta: diseñar Bilbao desde el prisma de las personas que la ciudad está excluyendo actualmente, las más desfavorecidas, que son la gran mayoría.

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PUBLICADO en DEIA  28/03/2015

TRIBUNA ABIERTA

Modernidad norteamericana en el arte y el franquismo

 LUIS BILBAO LARRONDO

Luis Bilbao Larrondo en el Casco Viejo.

Luis Bilbao Larrondo en el Casco Viejo. (David de Haro)

DE craso anacronismo o de prognosis podemos tachar las palabras del escritor Cesare Pavese, quien sostuvo en 1947 que “han acabado los tiempos en que descubrimos América”. Porque sería a partir de entonces, cuando, desde aquella España, bajo la dictadura franquista, ocurrió justamente todo lo contrario. Fue cuando empezó a descubrirse un nuevo universo que hasta entonces había permanecido oculto y denostado por el gobierno de Franco. En 1953, el año del pacto de los Estados Unidos de Eisenhower y la España de Franco, supuso la entrada de todo un nuevo mundo, no ignorado pero si absolutamente desconocido, sobre todo, para el público en general, en ámbitos como el del arte. Hay un hecho que causa cierto prurito y la necesidad de alguna exégesis, al constatar que aquellos que viajaron a los Estados Unidos -pagados por el gobierno o a través de becas- sostenían en sus escritos sentirse frustrados por no poder medir el extraordinario progreso de ese país o que a su llegada esperaban una moderna concepción de la vida en todos sus sentidos. ¿Qué fue lo que imaginaron? ¿que con aquella apócrifa modernidad conseguirían aquello de lo que se jactó el guionista y productor de Hollywood, Dore Schary: “Los Estados Unidos es un país con final feliz”? ¿O sería por aquel otro desiderátum que sustentó el poeta Walt Whitman en Leaves of grass: “Los mismos Estados Unidos son esencialmente el poema más elevado”?

UN CAMINO POR RECORRER Pero ¿qué fue y qué supuso aquellamodernidad norteamericana para la España franquista? Los arquitectos que trabajaron en el diseño de las bases americanas sostuvieron que la modernidad llegó a España de mano de los americanos. A partir de entonces, la sociedad española se hacía made in USA.

Recuerden que se trataba de una España, cerca de nada y alejada de todo. En 1954, cuando se estrenó en Madrid, en los cines Palace y Pompeya, el filme El manantial de King Vidor, basado en la novela de Ayn Rand, los jóvenes arquitectos españoles, recién acabada la carrera, vieron que frente al para ellos provecto y execrable clasicismo que se enseñaba en la escuela, estaba el moderno ideal del protagonista del film: los arquitectos anhelaban ser profetas de la arquitectura, héroes de la modernidad, frente a quienes trataban de imponer lo clásico y lo comercial. Howard Roark, el protagonista, sostenía en uno de sus diálogos que modernidad era igual a integridad y clasicismo, a corrupción. El viejo maestro Henry Cameron decía al protagonista que la forma debía de adaptarse a la función o que los nuevos materiales exigían nuevas formas. Fue un discurso análogo al que impartió Frank Lloyd Wright en Taliesin 2 West al grupo de arquitectos españoles que le visitaron en 1957.

Los periodistas españoles solo decían bondades del régimen y arremetían contra los medios críticos con el franquismo, como ‘The New York Times’ o ‘The Washington Post’

Otros sostuvieron que modernidad era únicamente la neoyorquina, otros que aquella netamente urbana. Relataba el médico y ensayista Gregorio Marañón, tras su viaje a los Estados Unidos, la fascinación que ejercía Nueva York en cualquiera que llegaba de fuera ante lo que se encontraba. Poseía una estética tan apabullante como su alma. La modernidad era parte de esa gran metrópoli que suscitaba toda una ilusión de los sentidos. Destacó en este panegírico de lo neoyorquino sobre todo The strenuous life, la vida enérgica y vigorosa como parte destacable de esa alma. Otros, como el filósofo Julián Marías, tras sus viajes a los Estados Unidos, sostuvieron que todo le pareció un ensayo sobre una nueva manera de vivir, sobre unos deseos y esperanzas, una moderna concepción de ver el mundo. En cambio, el escritor Saul Below, quien años después recibió el premio Pulitzer y el Nobel de Literatura, describió la narrativa americana reconociendo una sumisión ante la fealdad pública de sus ciudades, la estupidez de la televisión y cómo el yo estaba llamado a prepararse para el sacrificio.

EL ARTE MODERNO NORTEAMERICANO En Barcelona, en 1955, y bajo el título El arte moderno en los Estados Unidos, tuvo lugar la III Bienal Hispanoamericana del Arte. Llegaba con cientos de piezas provenientes en su mayoría del Museo de Arte Moderno de Nueva York. Nueva York era entonces el epicentro mundial del arte moderno. Aquel arte propendía ser, además de advenedizo, revolucionario, ralo sí, pero con un pusilánime desprecio de lo convencional. Por un lado, hubo una exposición, por otro lado, la edición de un libro bajo el mismo epígrafe. La exposición de arquitectura se presentó en el palacio de arte moderno del Parque de la Ciudadela. La escultura, pintura y grabado, en el Palacio de la Virreina. Los comisarios fueron Dorothy Miller, conservadora del Museo de Arte Moderno de Nueva York y Porter McGray, director del programa internacional. En arquitectura, se expuso lo realizado en Estados Unidos durante los últimos diez años a través de maquetas, bocetos, planos y fotos. Hubo dos aspectos que yo resaltaría: uno, el léxico utilizado para describirlo: bajo la más viva modernidad, constataron que la arquitectura moderna norteamericana estaba por delante del resto de la arquitectura internacional. Dos, que el conjunto del arte norteamericano expuesto fue en sí un simple acto de proselitismo. De hecho ese mismo año expusieron en Madrid los artistas norteamericanos Robert Barneta, Lois Langhorst (pintora, brillante arquitecta, socióloga e historiadora) y Arnold Arlow. El prólogo de la publicación lo escribió el director del Museo de Arte Moderno de Nueva York, René d’Harnoncourt, quien dio a su vez una conferencia sobre el arte moderno en los Estados Unidos. El estudio sobre la pintura y la escultura norteamericana lo escribió el curator y experto en arte norteamericano, Holger Cahill, y sobre el grabado sería William S. Lieberman, ambos asistentes del que fuese director del Museo de Arte Moderno de Nueva York, Alfred H. Barr Jr. La parte correspondiente a la arquitectura lo escribió el crítico e historiador Henry-Russell Hitchcock y la exposición de documentos fue llevada a cabo por Arthur Drexler. Entre los artistas que expusieron obra, en pintura, sobresalían los denominados expresionistas abstractos americanos: Baziotes, Glarner, Guston, Kline, de Kooning, Mortewell, Stamos, Tobey, Gorky, Pollock, Rothko o Still. Decía el crítico e historiador Harold Rosenberg en The american action painters, en torno a aquellos nuevos valores del arte, que la act-painting había quebrado toda distinción entre arte y vida, el arte volvía a la pintura por el camino de la psicología, el gesto sobre el lienzo era un gesto de liberación del valor estético, político y moral: “La pintura no es arte, es un es, -it’s an is-, no es una pintura de una cosa, es la cosa en sí”. Lo único que contaba para el arte moderno es que una obra fuese nueva. Aquel arte, nos lleva a interpretar que era libertad de movimiento, expresión, alegoría a la inmediatez, a lo pugnaz, al silogismo y a la sincronía, un panegírico de la libertad, una revelación del yo o una propedéutica de la democracia. En escultura, empero, se expuso obra de Calder, Feber, Hosrak o Lassaw, entre otros. En arquitectura se llegó a exhibir la obra de Wrigth, van der Rohe, Saarinen, Abramovitz, Mendelson, Breuer, Gropius o Eames. Además de esta publicación y exposición, se dieron conferencias en las Casas Americanas diseminadas por las principales ciudades españolas, de John Reid sobre pintura norteamericana, Aaron Copland y Cole Porter sobre música norteamericana, Frank G. Nelson sobre los poetas Edgar Allan Poe y Walt Whitman además de Marx, Train, Jules, Baskin, Margo, Morgan o Landau quienes exponían sus grabados, o los dramaturgos Tennessee Williams y Arthur Miller los cuales recibían homenajes por sus obras El mundo sin tiempo de teatro o Muerte de un viajante.

Durante esos años, en el colegio de arquitectos de Madrid se inauguraban exposiciones sobre Las ciudades de los Estados Unidos, en torno a la arquitectura contemporánea norteamericana, diseñadas por el Instituto Americano de Arquitectos y comisariadaos por el crítico y arquitecto Peter Blake, el arquitecto Julian Neski y el diseñador Richard Erdoes. Incluso el arquitecto Gabriel Alomar presentó en la Casa Americana de Madrid la exposición Panorama de la arquitectura de los Estados Unidos con modelos de aquella arquitectura que tanto fascinaba como Taliesin West, el Edificio Alcoa o la Lever House. La modernidad norteamericana parecía que llegó para influir en todos los ámbitos imaginables y tratar de transformar aquella realidad. No obstante, parecía todo una disputa entre dos concepciones a priori contradictorias, porque frente a la cerrazón y el ultra conservadurismo propio del franquismo llegaba este gran alegato por la modernidad norteamericana.

LA CULTURIZACIÓN, EL RESQUICIO Parecía que todo lo que llegaba entonces de los Estados Unidos, por el hecho de hacerlo, era tachado de moderno. John T. Reid, agregado cultural de la Casa Americana en Madrid, al publicar la revista Atlántico en los años 50, ya tachaba dicha política de ser un instrumento culturizador, intercambiador de ideas, que no era utilizado como propaganda oficial y sí como difusor del arte y de la cultura norteamericana. Pese a todos los intentos del franquismo por dar cierto ditirambo a su innovadora realidad, aceptando la modernidad norteamericana, reproduciéndola sin ni siquiera saber realmente el por qué, el corresponsal del The New York Times en Madrid, escribió algo que resultó sorprendente: que en medio de aquel Madrid y de aquel país oscurantista y continuamente objeto de engaño por la manipulación de los corresponsales españoles en el extranjero y la censura, cualquiera podía encontrar en las casas americanas, en sus bibliotecas, un rayo de luz y un canto a la libertad.

Los periodistas españoles solo decían bondades del régimen y arremetían contra los medios críticos con el franquismo, como The New York Times o The Washington Post. Los españoles no tenían en aquellos momentos otra ventana al mundo que no fuese la Casa Americana. En una sociedad que era mantenida en la oscuridad por periodistas y escritores controlados por un gobierno censor, el lector español solo encontraba una rendija de luz, de ilustración, de objetividad, de libertad e independencia, en las estanterías de la Casa Americana. Un New York Times siempre circunspecto propaló esta idea: modernidad norteamericana igual a libertad.

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PUBLICADO  en GARA 2014-10-06

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Día de la Arquitectura. Regeneración en degeneración

Hoy se celebra el Día Mundial de la Arquitectura instaurado por la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) en 1985. La Arquitectura, la más social de las Bellas Artes, afecta a la comunidad en la que se implanta. Este componente antropológico es sumamente importante ya que la arquitectura como contenedor, pero especialmente el urbanismo, son el ámbito donde se desarrolla la vida cotidiana del ser humano.

Iñaki URIARTE Arquitecto

Asistimos desde hace demasiados años, muy pasivamente, a una hecatombe arquitectónica en Bilbo iniciada por el nefasto alcalde Iñaki Azkuna que impulsa un poderoso y peligroso, arquitectónicamente hablando, personaje; Andoni Aldekoa, su asesor y director del Gabinete de Alcaldía. Tendencia incomprensiblemente consentida por su sucesor Ibon Areso, siendo además arquitecto con una larga experiencia en la administración pública quien promovió el reconocimiento patrimonial del Ensanche (1981-1982).

En apenas un año se han conocido tres episodios de ignorancia, sino barbarie arquitectónica. El cuasi regalo del antiguo palacio Lezama Leguizamón, sede de BBK (Gran Vía 23) para su conversión en un bazar textil destrozando su rico interior. El derribo con inadmisibles excusas del edificio de Iberdrola en la esquina Gardoqui, Astarloa. La ocupación de un espacio público anexo al rascacielos del BBVA en la plaza Circular. Asimismo, la indiferencia ante las obras de limpieza de la iglesia de los Jesuitas que debía llevar implícita la reposición de los dos pináculos desmontados en 1989. Algunos, por negligentes, están cometiendo un fraude y algo más.

Es preciso denunciar esta pandemia arquitectónica que padece Bizkaia y que, en el caso de Bilbo, tiene unos responsables iniciales que se reiteran en la Comisión del Patrimonio, integrada por funcionarios sumisos a los designios políticos inmobiliarios: Maiz, concejal; los arquitectos Sabas; Ocio, Alcibar; Iriarte, Agirregomozkorta, y dos miembros externos (una representante de la Universidad de Deusto, M.J. Cava, siempre al lado del poder PNV, y otra del Colegio de Arquitectos N. Etxarri, que al menos discrepa). En realidad es la comisión de la calamidad.

La evocación de este Día de la Arquitectura no puede eludir el Congreso de Regeneración Urbana celebrado en Bilbo bajo el síndrome de la anglofilia imperante, Bilbao Bizkaia Architecture (BIA) y que en la realidad es Bajo Índice Autoestima. Este ambiguo por inconcreto congreso convocado por un grupo de arquitectos de la delegación en Bizkaia del Colegio de Arquitectos, con una visión exacerbada mente localista,muy en el estilo PNV, podría haber servido para una profundización, análisis y crítica del concepto de regeneración urbana y estudiar la gran oportunidad perdida en el área metropolitana de Bilbo. Pero no interesaba incomodar al poder que pagaba, Ayuntamiento y Diputación, 225.000 euros para derrochar sin límites.

Supone un grave engaño colectivo que se propicie la idea de regeneración urbana con lo que debe implicar de sostenibilidad, recuperación, ahorro energético y económico, etc. y se permanezca indiferente ante las atrocidades antes relatadas. Regeneración en degeneración. El comité organizador ha mentido deliberadamente a los poderes públicos patrocinadores, a los medios de comunicación y a la sociedad al anunciar la llegada de unos 300 expertos cuando, en realidad, han sido solo seis, ponentes remunerados, cosa que tampoco importa ya que el objetivo era otro.

Había que realizar unos actos de relleno para que concluyesen con lo que interesaba, un festejo político publicitario. Dar un premio a un personaje de la arquitectura famoso; primero pensaron en Gehry, recurso ya agotado, y finalmente acudieron a Foster, que está menos visto, como supuesto autor del Metro Bilbao. Se le entrega un trofeo y posa toda la estirpe política, con oportunistas añadidos, en una cena de gala para los de siempre abonada con fondos públicos (alquiler del atrio 6.360 euros más ambientación lumínico sonora, efectos especiales, adornos, azafatas, gastronomía, un denigrante despilfarro; en total unos 14.500 euros que hemos pagado los contribuyentes). En definitiva lo que disimulada pero descarada y palpablemente se buscaba.

El Metro, Foster, falsedades y festejo

La concepción del trazado, geotecnia, diseño y desarrollo de la obra, especialmente las numerosas soluciones a variados problemas de la perforación bajo tierra con pozos, galerías y túneles sumergidos, son hazañas de la ingeniería. La excavación en caverna previendo una entreplanta distribuidora en las estaciones, sus recorridos subterráneos, la resolución de los accesos e implantación de distintos tipos, escaleras fijas, automáticas y ascensores en el contexto urbano, son decisiones estudiadas y acertadas de los técnicos de las ingenierías y de Imebisa (Ingeniería Metro Bilbao) que los proyectaron, realizaron y controlaron.

En esta grandiosa obra participaron cerca de 200 ingenieros, casi todos vascos, y si en alguien se puede personalizar la obra técnica es en los ingenieros de Imebisa, actualmente Euskal Trenbide Sarea, Agustín Presmanes, coordinador de los temas generales y de gestión, y el fallecido José Ramón Madinabeitia, responsable de la parte técnica, del control y seguimiento. Foster Associates interpreta y reviste lo que la ingeniería le proporciona, enfatiza la forma.

Es una rotunda e inadmisible ligereza muestra de desconocimiento de la realidad y frivolidad del comité organizador conceder a Norman Foster, además 19 años después, el mérito del Metro de Bilbo. Constituye un desprecio ignorar a todos los que hicieron el trascendental trabajo previo, además de una manipulación de la historia de la obra pública en Bilbo, una usurpación de la propiedad intelectual, y un intolerable fraude cultural.

 

iritzia krisialdia / crisis

 

 02 moncayo 137
 
26 sep 2014
Juan Torres López
Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla y miembro de ATTAC
Hay cuatro falsedades que se utilizan habitualmente para confundir a la población respecto a la deuda y para combatir a los movimientos y partidos progresistas.
La primera es que la deuda se origina porque la gente normal y corriente ha vivido por encima de sus posibilidades, lo que produce lógicamente un gran sentimiento de culpa y lleva a que la gente asuma que hay que pagarla sin rechistar.
La segunda es que la deuda pública se origina porque se realizan demasiados gastos sociales.
La tercera es que los gobiernos y los partidos de izquierda en general son los partidarios de aumentar siempre la deuda porque no ven peligro alguno en ello,.
La cuarta es la acusación de que los partidos o movimientos progresistas o de izquierda no pagan la deuda y provocan así problemas económicos mucho mayores.
Veámosla una por una
Las familias no son responsables de la deuda
En 2008, las familias españolas solo eran responsables del 20% de la deuda total española (pública y privada). Además, y según el Banco de España, la mitad de las familias españolas no estaba endeudada en aquel año. En el caso del 40% de las familias más pobres de España, las tres cuartas partes de su deuda era la relativa a la vivienda, y si esta era alta no era por su gusto sino por el precio establecido por los bancos que le prestaban.
Por el contrario, el 57% del total de la deuda española lo originaron los bancos y las grandes empresas. En todo caso, pues, fueron estos quienes vivieron por encima de sus posibilidades y no la gente normal y corriente a quien se le ha pasado la factura.
La deuda no está originada por los gastos excesivos en bienestar
En 2008, la deuda pública solo representaba el 19% de la deuda total española Además, es evidente que la deuda pública no ha crecido en mayor medida cuando se ha ido consolidando el Estado de Bienestar en España sino precisamente cuando éste se ha debilitado como consecuencia de las crisis, tal y como viene sucediendo desde 2007. En ese año, España tenía uno de los porcentajes más bajos de deuda de toda la Unión Europea (36,3% del PIB, frente al 65,2% de Alemania, o el 64,2% de Francia o el 103,3% de Italia).
Por el contrario, la deuda se ha incrementado vertiginosamente cuando la crisis, la falta de actividad y las reformas fiscales favorables a los grupos de renta más alta y a las grandes empresas y bancos ha producido una gran caída en los ingresos públicos. A lo que hay que añadir la gran cantidad de dinero destinado a ayudar a la banca.
Y de una forma muy particular, la deuda se incrementa extraordinariamente desde que se estableció que los bancos centrales no pueden financiar a los gobiernos.
Desde entonces, los gastos extraordinarios o la caída en los ingresos que provocan a los gobiernos las crisis financieras o las circunstancias extraordinarias deben ser financiados por la banca privada a tipos de interés de mercado o incluso más altos por culpa de los especuladores.
Los datos son claros: si se quitan los gastos financieros dedicados al pago de intereses, la inmensa mayoría de los países que forman parte del euro (entre ellos España) registran superávit presupuestarios, salvo en algunos años excepcionales. O dicho de otro modo, si los gobiernos hubieran sido financiados por los bancos centrales a los mismos tipos con que tan generosamente financian ahora a los bancos privados, la deuda pública de los países sería mínima, casi insignificante.
Y aquí aprovecho para señalar otra mentira complementaria de los economistas liberales cuando dicen que, si eso fuese así, es decir, si los bancos centrales financiasen a los gobiernos, se produciría una inflación muy peligrosa.
Es otra falsedad porque para que esa financiación provocase inflación deben darse necesariamente tres condiciones: que el dinero de los bancos centrales llegue a la economía (por eso el que ahora dan a los bancos no produce subida de precios), que cuando llegue a la economía se dedique al consumo (y no, como ocurre ahora en mayor medida, a reducir la deuda) y, además, que no aumente paralelamente la producción de bienes y servicios. Por tanto, si al mismo tiempo que los bancos centrales financian a los gobiernos aumenta de modo proporcional la producción de bienes y servicios (que es lo que se busca) no hay peligro alguno de inflación. Y la deuda pública apenas si existiría salvo que, lógicamente, otras circunstancias estén provocando crisis y ayudas extraordinarias a los grupos privilegiados constantemente.
Quien incrementa la deuda son los bancos y los gobiernos de derechas
También es falso que sean los gobiernos de izquierdas quienes crean más deuda.
No hay que olvidar nunca que crear deuda y aumentarla constantemente es el negocio de la banca. Por tanto son los banqueros quienes más que nadie están interesados en que aumente y quienes hacen todo lo posible para que los gobiernos tomen medidas que la provoquen (disminuyendo los ingresos de la gente o las empresas que no cuentan con financiación propia, promoviendo la venta de viviendas en lugar del alquiler, o simplemente corrompiendo a los gobiernos y políticos).
La historia muestra claramente que las etapas de mayor deuda están unidas a fases en las que los bancos han estado más desregulados y han tenido más libertad para hacer negocios y también que han sido con los gobiernos de derechas (Reagan, Bush, las dictaduras militares… o ahora Rajoy en España) con quienes se han alcanzado los niveles más altos de déficits o deuda de todos los tiempos en sus respectivos países.
Por el contrario, los gobiernos de izquierdas o progresistas, casi siempre y salvo alguna excepción, se han tenido que tragar esa deuda previamente acumulada: o han tenido que hacer mil equilibrios para pagarla (como la Venezuela bolivariana, por cierto) o, a pesar de hacer quitas o reestructuraciones que han beneficiado también a los acreedores, han tenido que asumir una gran parte de ella (como recientemente en Ecuador).
La deuda es impagable, no es que no se quiera pagar
Por último, es falso también que los movimientos o partidos progresistas, como Izquierda Unida o Podemos, digan caprichosamente que no pagarían la deuda si gobernasen. ¡Ojalá pudiera ser así y que la deuda desapareciera sin más de un día para otro!
Al respecto, a mí me parece que hay que ir por partes.
En primer lugar, los economistas más sensatos, sean del color que sean y hasta los que trabajan en organismos como el FMI, saben e incluso reconocen públicamente que la deuda que se ha acumulado en el mundo, en Europa o incluso (aunque en menor medida) en España es materialmente impagable (de hecho, si se quisiera pagar en este momento, no habría medios de pago suficientes para ello de tanto como ha crecido. Es imposible, por ejemplo, que una buena parte de las empresas españolas, como ha reconocido el FMI, genere en el futuro beneficios suficientes para poder acabar con su deuda.
Por tanto, la cuestión no radica en decir si se quiere pagar o no, sino en ser inteligentes y poner sobre la mesa soluciones que no sigan paralizando la actividad productiva, hundiendo a las economías y ¡generando más deuda! No tiene sentido empeñarse en hacer frente a un imposible en algo que no conviene a nadie salvo, claro está, a la banca que en 2013 se metió en el bolsillo solo en la Unión Europea y en concepto de intereses, 365.017 millones de euros en 2013 y 6,2 billones de euros desde 1995. Lo que hay que hacer es plantear es cómo salir del bucle infernal en el que estamos, por ejemplo, reestructurando un determinado porcentaje de la deuda para convertirla en perpetua a 100 años. Y, por supuesto, recurriendo a otras fuentes de financiación menos onerosas que las de la banca privada.
Otra cosa es, por otro lado, que una parte importante de la deuda fuese literalmente ilegítima u odiosa, es decir, el resultado de decisiones tomadas materialmente en contra de las decisiones o deseos de la ciudadanía. En cuyo caso, los pueblos tienen el derecho, después de que eso se demuestre con toda claridad, a repudiarla. Estados Unidos, sin ir más lejos, quizá sea el país que en mayor número de ocasiones o ha promovido o ha amparado o ha establecido el ejercicio de este derecho.
Si mañana nos viene un banco y nos reclama 10.000 euros no le decimos de entrada que no le vamos a pagar. Simplemente nos citamos inmediatamente y comprobamos el origen de esa deuda. Si es correcto y legítimo, no nos quedará más remedio que pagarlo, aunque su origen no nos complazca en absoluto.
Desgraciadamente, los gobiernos españoles de los últimos años han dilapidado recursos de todos los españoles. Una clase política corrupta ha tirado el dinero público para enriquecerse (aunque ni siquiera así se puede decir que esa sea la causa de nuestra deuda total), los bancos han pedido prestado cientos de miles de millones para hacer negocio financiando la especulación inmobiliaria que ahora no pueden devolver y se han hecho reformas encaminadas a permitir que los más ricos apenas paguen o que han destrozado nuestra capacidad de generar ingresos. Todo eso ha provocado una deuda gigantesca, aumentada por la manipulación en los mercados y por la existencia de instituciones europeas que se dedican a salvaguardar los intereses de unos países y de unos grupos sociales y financieros frente a los demás.
Ante ello no sirve hacerse ilusiones ni ser ingenuos. La traición de los partidos hasta ahora gobernantes la pagaremos cara y lo que cabe hacer no es creer que todo es fácil y que se le puede dar la vuelta a la situación en 24 horas. Hará falta mucha mano izquierda, mucha transparencia y democracia para que la gente sepa lo que ha pasado, mucha inteligencia para garantizar la estabilidad y que la situación no se vuelva peor de lo que hoy está, y fomentar un sentido muy amplio y generoso del patriotismo para reunir a una inmensa mayoría social que incorpore a la regeneración de España al mayor número posible de compatriotas. Y aún así, nos queda mucho sufrimiento por delante porque la estafa y el robo al pueblo han sido gigantescos.

iritzia / opinión caso panera

Un desagüe fecal en el ayuntamiento de Bilbao

 03 moncayo 059

A la muerte del banquero Emilio Botín escribía Julia Pérez en Público digital que este santanderino “pasa a la historia judicial por haber dado su nombre a una doctrina. Nunca fue juzgado y cuidó en especial sus relaciones con los poderosos… o con los que podrían serlo algún día. Emilio Botín pasará a la historia judicial como el banquero que consiguió una doctrina jurídica propia: la doctrina Botín, con la que el Supremo cambió en 2007 su criterio de décadas sobre la acción popular y el banquero eludió así ir a juicio. Contrató a los mejores despachos de abogados para eludir acciones judiciales que le salpicaron a lo largo de la vida”.

Construcciones Panera arrastra consigo un largo contencioso con el ayuntamiento y vecinos de Bilbao. La causa un solar en Uribarri, ascensores de la calle Zumaia, parcela 55 de la autovía y volumen de edificabilidad. Lleva más de cuatro décadas rodeado de pleitos, de recusaciones, sentencias y apelaciones entre la empresa, los vecinos del entorno y el Ayuntamiento bilbaino y viene causando grandes dolores de cabeza y también graves perjuicios  económicos a los vecinos de Bilbao y al ayuntamiento.

Si se le hinca el diente con seriedad y se analiza el problema con detalle la cuestión es sencilla aunque, eso sí, el asunto huele a podrido. Y, aunque tarde, es hora de que el Ayuntamiento por el bien de los bilbaínos se tome en serio el caso y resuelva definitivamente el doloroso problema.

Construcciones Panera tenía en el barrio de Uribarri la finca registral 20.744 de 20.616 m2. Y ocurre que el MOPU en 1966 proyectó y financió la autovía “Solución Norte” de acceso a Bilbao, y en el plano parcelario nº 4 del proyecto se refleja la expropiación a realizar de unos terrenos, entre otros la parcela 55 de 5.000 m2, que corresponde a la 30.486 de Panera y Socios, que está dentro de esa 20.744. El Boletín Oficial de Bizkaia (BOB) de fecha 17.7.1968 enumera a los afectados por la expropiación de la autovía, donde aparece Panera y Socios con la parcela 55, es decir la 30.486 dentro de la 20.744. Y el Ayuntamiento de Bilbao se encarga de la expropiación forzosa.

Pero ocurre que todas las parcelas fueron expropiadas por el Ayuntamiento excepto la parcela 55 de Panera y socios, y sobre ellas se construyeron los viales y carreteras actuales: se ocupó pero no se expropió. Es decir, la finca 55 (la 30.486 de la 20.744) desde entonces es una carretera pública propiedad del ayuntamiento, pero sigue registrada a nombre de Panera. ¿Por qué no lo ha registrado el Ayuntamiento en  40 años? ¿Por abandono, cazo, prevaricación…? A medida que se revela la postura del Ayuntamiento surge con fuerza la sospecha de que se hizo de manera consciente y que alguien se llevó tajada.

 

Panera ha seguido jugando con esos 5000 metros -que un día los tuvo pero que ahora no los tiene porque son viales-  para reclamar al Ayuntamiento un volumen de edificabilidad que no tiene. El Ayuntamiento debiera haber subsanado su error y haber registrado a su nombre la finca, pública por ser vial. Hoy Panera reclama al Ayuntamiento ante el juzgado 18 millones de euros por unos metros que no tiene, por una finca que dejó de ser suya en 1968.

Tenemos un Ayuntamiento al que le flojean los remos y que resulta de especial gravedad por estar al mando de él una persona versada y entendida en urbanismo, el arquitecto Ibón Areso. La defensa llevada a cabo a lo largo de los años por el Ayuntamiento en contra de las pretensiones del Construcciones Panera y en defensa de los intereses comunes, de los vecinos y arcas municipales, deja mucho que desear. ¿Cómo es posible que en cuarenta años no se haya subsanado aquel error por tildarlo con palabra benigna y soslayar sospecha más grave? ¿Por qué no se ha opuesto el Ayuntamiento a que Panera siga aportando a los contenciosos la finca registral 30.486, que ya no es suya, que esta ocupada por un vial público y es del ayuntamiento –a pesar de seguir todavía registrada como de Panera por dejación grave del Ayuntamiento- y que se corresponde con la parcela 55 de la autovía?

 

A lo largo del examen de los documentos existentes habría  que destacar el intento de solución por parte de dos alcaldes: El Sr. Robles y el Sr. Gorordo, y por un concejal bregado en el tema, que ha dejado su huella en el expediente: Tasio Erkizia de Herri Batasuna. Pero quienes se llevan la palma por la claridad analítica del desaguisado, la exposición detallada del tema, el seguimiento preciso a través de los años y la bravura de su trabajo y constancia son los vecinos de las casas de Tomas Zubiría e Ibarra, gravemente afectados y castigados por el abandono, desidia –y quizá algo más- de un Ayuntamiento, que ha hecho dejación de sus obligaciones, vecinos a cuyo frente se halla el trabajo persistente, pelma y masticado con detalle de Fernando Sanz y Fernando Mendi. Ellos si se merecen el reconocimiento de los ciudadanos de Bilbao y el aplauso serio de un ayuntamiento por defender el interés público más que el propio Ayuntamiento.

Hoy, que el tema sigue sobre la mesa, se exige al alcalde, a los ediles de los diversos partidos y a los funcionarios del área de urbanismo, hacienda y asesoría jurídica que demuestren profesionalidad y se alejen de toda sospecha de compadreo e intereses espúreos. Las respuestas dadas por las tres áreas a las preguntas formuladas en un pleno de Bilbao son ejemplo de falta de esmero profesional, adolecen de conocimiento y estudio del tema, salvo que se recurra  a la sumisión y al amén a otros intereses.  Sobre todo de Bildu espera la ciudadanía empeño y esmero en la solución definitiva y en la defensa de los vecinos y de los intereses públicos.

Mikel Arizaleta

kutxabank

PRODUCIR, AHORRAR Y REINVERTIR EN EUSKAL HERRIA

NO A LA PRIVATIZACION DE KUTXABANK

Las Cajas de Ahorro han sido desde su creación entidades sin ánimo de lucro, su finalidad es la financiación de proyectos locales, empresas del entorno territorial que crean bienes de consumo local, financiar obras y viviendas en los pueblos que las crearon, los sostenedores de este proyecto los Ayuntamientos y Diputaciones que fueron quienes les dieron vida, una fuente pública de recursos económicos que no debe de ser privatizada.

La gestión de los recursos económicos de las Cajas de Ahorro era decidida en sus Asambleas, que representan a las personas impositoras con cartilla de ahorro, a las instituciones fundadoras y a la plantilla de trabajadores,… ahora por el impulso recibido desde el Banco Central Europeo, a la cuadrilla de ejecutivos de las cajas les ha entrado el afán de la privatización. Pretenden crear Fundaciones Bancarias para que tan solo un grupo de Ejecutivos agresivos decidan sin control público sobre los recursos económicos, convertirlos en acciones y ponerlos a la venta al mejor postor.

Esta grave decisión supone el perder el control de los dineros que administran las Cajas, perder la obligatoriedad de reinvertir los beneficios en el territorio propio, perder la Obra Social, perder el control público y entregar a los especuladores algo tan vital como una de las fuentes de financiación de proyectos populares para Euskal Herria.

Muchos de los fondos que a diario se gestionan en las Cajas de Ahorro tienen su origen en las Pensiones de un tercio de la población de este pueblo. Las personas Pensionistas sabemos mucho de especulación, preferentes, activos tóxicos,… por desgracia más de un Banco ha jugado con  los Ahorros de toda nuestra vida, por lo que no deseamos que nadie especule con lo que es de todos/as, queremos que haya control sobre lo que se ahorra aquí, sobre lo que se gasta y donde se gasta, no queremos que se pierda el control público y se obligue regularmente a dar cuenta de lo que es de todas/os.

Las plataformas de Pensionistas de Euskal Herria, nos oponemos a la privatización de las Cajas de Ahorro y su conversión en fundación Bancaria. Para ello, junto a otros sectores y organismos populares, llamamos a participar en la manifestación que se celebrara el próximo día 21 de junio, a las 5.30 hora de la tarde y que saldrá de la plaza del Sagrado Corazón de Bilbao.

 

Bilbao 16 de junio de 2014

Pentsionistak Araba Lanean

Duintasuna de Gipuzkoa

Pentsionistak Martxan de Bizkaia y Nafarroa.

EKOIZTU, AURREZTU ETA EUSKAL HERRIAN BERRINBERTITU

KUTXABANKEN PRIBATIZAZIOARI,EZ

 

 

Aurrezki Kutxak, bere sorburutik irabazasmorik gabeko erakundeak izan ohi dira.  Beraien helburu nagusia, bertako egitasmoak diruz laguntzea, bertako kontsumo-ondasun ekoizleak babestea.erakunde hauen sortzaile izan ziren Udaletxe eta Diputazioetako hainbat azpiegitura, etxebizitza eta abarren finantzaketa ziurtatzea.  Inoiz pribatizatuak izan behar ez diren diru-iturri publikoaren kudeatzaileak izan dira Aurrezki Kutxak.

 

Aurrezki Kutxetako baliabide ekonomikoen kudeaketa, bertako asanbladetan erabaki izan da orain arte.  Bertan egon ohi dira ordezkatuak aurrezki-libreta zeukaten milaka aurreztaile.  Bertan ordezkatuak ziren erakunde fundatzaileak zein langileen ordezkariak etab.  Orain Europako Banku Zentralak bultzatuta, Aurrezki Kutxako exekutiboek sekulako presa dute guztihau pribatizatzeko.  Banku-Fundazioak sortzea bururatu zaie, horrela herritarren aurrezkiak exekutibo talde jakintsu batek, inongo eta inoren kontrolik gabe, diru publikoa dena, akzioetan bihurtu eta eskeintza hoberenari saltzeko.asmoarekin.

 

Erabaki hau oso larria dela deritzogu, Kutxen orain arteko helburua zapuzten duelako,neurri handi batean herritarrena den diruaren kontrola desagertzen delako.  Orain arteko Obra Soziala deuseztatzen duelako eta larriena, Euskal Herriarentzat sortu daitekeen hainbat eta hainbat egitasmoren finanzazioaren dirua espekulatzaileen eskuetan uzten duelako.

 

Aurrezki Kutxetan egunero kudeatzen diren diru-funtsa asko, herri honetako heren batek aurreztutako pentsioetan oinarritzen da eta zoritxarrez pentsiodunok asko dakigu espekulazioaz, preferenteetaz, aktibo toxikoetaz etab.  Banku batek baino gehiagok jokatu izan du gure bizitza osoko aurrezkiekin.  Ez dugu onartzen inork espekula dezan guztiona denarekin.  Hemen aurrezten dena, hemen gastatzen dena, bertatik kotrolatua izan dadin nahi dugu.  Gu geu horren jakitun izan nahi dugu.

 

Euskal Herriko pentsiodunen Plataformek erabat arbuiatzen dugu Aurrezki Kutxen pribatizazioa eta Banku-Fundazioetan bihurtzea.  Horretarako, beste erakunde eta hainbat giza-mugimendurekin bat eginez, dei egiten dugu:

 

ekainaren 21ean

arratsaldeko 5:30etan

Jesusen Bihotzetik

irtengo den manifestazioan parte hartzera.

 

 

Bilbon 2014ko ekainaren 16

 

 

Pentsionistak Araba Lanean

Gipuzkoako Duintasuna

Bizkaiko eta Nafarroako Pentsionistak Martxan