Repensar Otxarkoaga: seamos realistas exijamos lo imposible (2/2)

“No asumamos el papel de barrio dormitorio de bajo coste que nos quieren imponer”

 

En el anterior artículo miraba el barrio de una forma realista, ahora toca pedir lo imposible. Toca pedir lo imposible porque en el PGOU debemos imaginar el barrio a largo plazo. Pensar qué tipo de población queremos tener, economía interna, servicios y equipamientos, zonas de esparcimiento y por qué no, qué queremos ofrecer al resto de la ciudad. Porque todo esto es lo que está por definir, y cuando hablamos de futuribles, hablamos de imposibles, imposibles en el presente, pero cosas muy posibles en el futuro, porque sabemos que todo parece imposible hasta que se hace.


fb_img_14808789589743038 En estas líneas van a aparecer ideas imposibles, todas de la mente de diferentes vecinas o trabajos colectivos de asociaciones como la AFO. Es pues un ejercicio de lo que ahora llaman “inteligencia colectiva” aplicado a propuestas concretas urbanas. Imposibles que pueden llevar a nuestro barrio a otro rol muy distinto del que hasta ahora le han asignado en nuestra ciudad.

 

Cosas imposibles como que nuestro barrio sea más sostenible. Es decir  que tenga vida propia. Que tenga las necesidades culturales, sanitarias, educativas, de producción y de consumo cubiertas en el propio barrio, para que así disminuya la movilidad y mejore la calidad de vida de sus habitantes, porque eso también es ser más sostenible.

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Se me ocurre algo que también ha sido imposible en 20 años, como tener el polideportivo que nos correspondía por población, el cual se pensó en el anterior PGOU en la zona de “la vaguada”. Ahora se plantea moverlo a Txurdinaga, en Txurdinaga quizás todo sea más posible. Sin entrar a valorar a que ratio de personas beneficia cada ubicación, seamos conscientes que hoy en día los polideportivos de nuestra ciudad son elementos dinamizadores de su entorno. En todo caso sólo el compromiso político hará posible lo que ha sido imposible en dos décadas.

 

Impensable e imposible es también que en nuestro barrio haya un equipamiento que mire a Bilbao, un equimiento que traiga afluencia externa. Igual no pasa nada, ahora que estaremos conectadas por el metro, porque otra gente de la Villa se acerque al barrio para realizar una actividad puntual. ¿Te imaginas la ampliación de la Escuela Oficial de Idiomas, que se ha quedado pequeña, en un barrio tan periférico? Tán periferico como Deustu.  Sería muy poco posible utilizar las escuelas públicas que se han quedado vacías en Otxarkoaga para esto o para ubicar una parte de la escuela de música o similar. La verdad es que esto traería una afluencia diaria de personas diversas al barrio. Poco posible.

 

Y poco posible es encontrar algo grande que le falte a Bilbao, sin embargo en la mediana escala si que tiene carencias, ¿Dónde haces un evento para unas 1.000 o 2.000 personas? La casilla está obsoleta, el BEC es descomunal y caro, montar grandes carpas son la única solución. Multitud de actividades y ferias en la ciudad exigen un espacio cubierto municipal cubierto, con instalaciones básicas. Para entedendernos, un espacio como Landako en Durango, pero con otra escala. Es imposible, pero “la vaguada” de Otxarkoaga mantiene una gran superficie llana, actualmente es un frontón de Sare fantasmagórico y poco costaría construir un espacio de este tipo. La entrada de metro quedará a escasos metros y este tipo de equipamiento puede valer para revitalizar esa zona y cumplir otro imposible, colocarnos en el mapa de la ciudad para ciertas ferias y eventos.

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En el aspecto económico, lo que sí que es más que posible, es que el barrio se muera. Sin un plan comercial en condiciones, la llegada del metro acabará de dar la estocada a nuestro pequeño comercio. Y lo que es imposible es que nadie pueda poner una nueva actividad en el barrio con la calidad de las lonjas actuales. Rehabilitemos las lonjas municipales, saquemos una en condiciones de cada dos o 3. Reforzemos la oferta de lonjas en los sitios céntricos como la plaza Kepa Enbeita, puede ser una osadía, pero viendo la situación del centro comercial Lozoño, no es impensable reajustarlo eliminando algunas de sus partes, dar calidad a esa plaza y sin embargo construir un nuevo frente comercial a continuación de la actual BBK, a lo largo de Pau Casals con 3 o 4 espacios comerciales de calidad.

El antiguo edificio Otxarpan, es el único patrimonio industrial que tenemos en Otxarkoaga, edificio pues poco posible para los barrios obreros residenciales de la época, una curiosidad. Actualmente es un dormidero de coches, sin embargo podría ser rehabilitado para ejercer una nueva función productiva de nuevo, quizás con un uso mixto semi-público. Haría posible un sentido nuevo para la zona.

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La llegada del metro era algo también muy imposible en su día, todavía de hecho estamos esperando. Pero este imposible debe hacer posible la conexión del barrio, mediante la reordenación de líneas de autobuses, con otras zonas como Bolueta, Atxuri o Miribilla.

 

Para acabar, también era poco posible en su día que la ciudad acabase en Otxarkoaga, aquí se paró de ocupar suelo. Así, nuestra ubicación a las puertas del anillo verde y junto a los últimos suelos de agricultura, algunos todavía en uso, es un potencial. No solo para realizar huertos urbanos, sino para poner en marcha experiencias de soberanía alimentaria que propongan la reactivación de estos suelos mediante jóvenes agricultores y los pongan en relación con el mercado municipal del barrio, por ejemplo.

 

Son sólo ideas, ideas vecinales imposibles pero necesarias, hechas desde las ansias de querer un barrio vivo. No asumamos el papel de barrio dormitorio de bajo coste que nos quieren imponer. Seamos más realistas que nunca e imaginemos las cosas más imposibles.

Carlos Renedo. Arquitecto, Urbanista y vecino de Otxarkoaga.

Repensar Otxarkoaga: juguemos con ambición (1/2)

No hay voluntad para mirar más allá del barrio obrero que se construyó a principios de los 60

Entramos en la fase de avance para la revisión del Plan General de Ordenación Urbana de nuestra Villa. Se trata de revisar el plan que se hizo allá por el año 1995, sí, han pasado más de 20 años desde que se pensó que modelo de desarrollo urbanístico, social y económico que se quería para Bilbao.fb_img_14808789413788175

Es innegable que de ese Plan salió una nueva forma de entender la ciudad, pasar de una ciudad industrial a una ciudad de servicios era una apuesta clara, y poner a Bilbao mirando hacia el eje de la ría la gran apuesta, entre otras muchas cosas.

El sentido común bilbainista dice que “Bilbao está muy bonito”, ha cambiado mucho a nivel estético, es cierto, la ciudad está “embellecida”. Para valorar la repercusión social, cultural y económica harían falta muchos artículos… pero no es la intención de este.

Las que miramos Bilbao desde las faldas del monte Avril, cuanto menos, nos damos cuenta que nuestra ciudad ha ido a dos velocidades, el centro y el eje de la ría ha cambiado mucho, pero nuestro barrio se ha quedado a la cola y sin ticket. Es cierto, se han hecho muchas mejoras, no sin esfuerzo de la lucha vecinal, y todavía mantenemos la esperanza de que el cambio urbanístico que azotó Bilbao, sople un poco más a nuestro barrio.

Durante 20 años todas las bilbaínas hemos hecho posible que este cambio del centro fuera posible. Evidentemente si miramos la inversión de nuestros impuestos por zonas de la Villa, el desequilibrio es impresionante y en consecuencia, la relación de servicios, transporte y equipamientos está muy descompensada en nuestra ciudad. Hemos sido generosas, esperando con paciencia a que se realizasen las grandes obras Bilbaínas. Pasamos de tener Abando-Ibarra lleno de contenedores industriales a llenarlo de contenedores “culturales” y “comerciales” con obras faraónicas, el BEC, San Mamés barria, la llegada del TAV, la Supersur, el tranvía… no nos tocaban de cerca ni de lejos, pero nunca hemos perdido la esperanza de que algún día llegaría la hora de los barrios, nuestra hora.fb_img_14808789490841130

Pues bien, a mi entender este debería ser el objetivo del nuevo Plan, equilibrar nuestra ciudad y dar la oportunidad a los barrios de tener vida, vida económica, social, cultural, servicios básicos, accesibilidad… en definitiva poder aspirar a tener barrios que merezcan la pena ser vividos.

Pero basta comenzar a analizar el Plan, para entender que no va por aquí la cosa, es la hora de nuevo de volver a pensar en el Bilbao de las turistas, de la torre Iberdrola, el BBVA, el primark y nuestro Manhatan particular en forma de isla de Zorrozaurre. Para nuestro barrio no hay ambición.

No hay voluntad para mirar más allá del barrio obrero que se construyó a principios de los 60.

Otxarkoaga se ubica en la falda sur de monte Avril, bien orientado y soleado, en breves tendrá una buena conexión con el centro mediante el metro. Una población de más de 10.000 habitantes permite, por ratio, mantener todos los servicios básicos. Según estudios los bloques de 6 alturas son los que más fomentan una buena vida social en sus calles y plazas. La accesibilidad y las construcciones no son buenas y las tipologías de vivienda eran pequeñas para las familias de amplia prole, pero sin embargo pueden responder perfectamente a una demanda incipiente de personas que quieren vivir solas o familias de 2 o 3 miembros. La buena conexión y precios de alquileres asequibles pueden interesar a sectores como los estudiantes o nuevos tipos de negocios, además mantener todavía un gran número de vivienda y lonjas públicas posibilita que mediante políticas concretas la administración pueda re-dirigir y desiquilibrar el tipo de residentes o de comercio que quiere implantar, incidiendo de forma positiva en el barrio.

Hoy más que nunca hace falta ambición, poner la mitad de ganas que se pusieron a la hora de repensar otras zonas de la villa. Es hora de dibujar una estrategia de largo alcance, hacer políticas públicas ambiciosas e invertir económicamente en consecuencia. El nuevo Plan General debiera de servir para sin olvidarnos de para qué nació Otxarkoaga pensar sin límites en lo que queremos ser.

 

Carlos Renedo Lara

Arquitecto y Urbanista