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¿ Tenemos tantos jardines y parques como se necesitan?
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VIZCAYA

No tan verde como lo pintan

Vecinos y ecologistas tachan de «engañosa» la afirmación municipal de que Bilbao duplica el ideal europeo de zonas ajardinadas

Así se denuncia en uno de los capítulos del Mapa de la Contaminación en Bilbao, que en estos momentos ultima la Federación de Asociaciones Vecinales de la villa. El informe ya advierte con ironía de que «el incremento espectacular y repentino» se debe a que el Consistorio «limpia de matorrales una ladera o campa de monte, instala un mínimo mobiliario urbano -apenas un asador y unas mesas con bancos- y luego cataloga la superficie, a 2 o 4 kilómetros de nuestros barrios, como zona verde de igual valor que la situada en el interior de la ciudad». Según indican, los parques que se crean en las afueras de la villa, y cuya extensión estiman en 1.024 hectáreas, «cumplen una función positiva para excursiones, romerías y fiestas, pero no sirven como zonas estacionales urbanas, de paseo, comunicación y convivencia entre barrios, que son las que más necesita nuestra ciudad». Estas superficies, según el dossier vecinal, suman unas 200 hectáreas, lo que supone unos 6 metros cuadrados por habitante, «muy lejos de los 24,4 metros cuadrados que publicita el Ayuntamiento».
Además, el estudio destaca que el problema de los parques urbanos no es solo es que resulten escasos, sino sus características. Según critican, algunas de estas nuevas áreas «adolecen de un exceso de superficie enlosada en detrimento de la verde», como la de Indautxu. También censuran que varios de estos espacios están trazados «como un patio para el disfrute de una determinada urbanización, como ocurrirá en Garellano si no se remedia» o que tienen un carácter poco natural, como, a su juicio, ocurre con las márgenes de la ría. Por todo ello, concluye el informe, Bilbao sigue siendo la capital de su entorno con menor superficie de zonas verdes por habitante.
De bosque a parque
A Ekologistak Martxan tampoco le ha convencido el planteamiento municipal sobre la cantidad y la calidad de las zonas verdes. «Han jugado con las cifras y creado confusión», coinciden en afirmar los portavoces de la asociación conservacionista. «Bilbao es una ciudad dura. ¿Cuántos árboles se ven al pasear por la ciudad? Y algunas de las últimas plazas que han hecho son un erial. Nosotros apostamos por conectar zonas con elementos naturales», destacan. Sin embargo, apuntan, Ekologistak Martxan está más centrada en cuestiones que afectan a los montes que rodean la ciudad y en su progresiva ‘recreativización’. Según alertan, se están convirtiendo áreas de bosque en parques. «Lo dejan como una pradera, con árboles dispersos y mobiliario… y, normalmente, al pasar el tiempo, quedan muy mal conservadas. Creemos que sería necesario hacer un estudio para determinar cuánta gente las usa y lo que cuesta su mantenimiento», deslizan. Sólo en Artxanda hay 10 zonas recreativas y otras tantas en el Pagasarri, indican los ecologistas. «¿Hacen falta tantas?», se preguntan. Para los miembros de Ekologistak Martxan, la proliferación de estos espacios va acompañada de un desbroce masivo: «incluso se ‘cargan’ plantas que hemos puesto nosotros para repoblar».