Más de 600 siniestros y nueve muertos en los últimos diez años. Desde que en 2008 perdiera a su marido en el alto de Santo Domingo en un accidente de moto, Piedad de la Hoz no ha cesado en su empeño para que esos 12 kilómetros de vías sean señalizados como un ‘punto negro’. Cuatro años después, amparada por Stop Accidentes, el Ararteko se suma a su causa y abre un expediente de oficio para investigar sobre la siniestralidad de este tramo.

Según De la Hoz, la separación con pivotes divisorios de carriles «no evita» los accidentes, ya que los vehículos «pierden el control e invaden el sentido contrario». Así, desde la asociación de víctimas de accidentes de tráfico, de la que es miembro, ha solicitado al Ararteko, Iñigo Lamarca, la construcción de una mediana de hormigón en la transitada carretera.

Junto a las balizas, la Diputación colocó en esta carretera un tramo de mediana hormigonada desde la gasolinera hasta prácticamente la cima, tras varios accidentes mortales en muy poco tiempo. No obstante, todavía quedan tramos sin protección y continúa la inseguridad vial.

Paralizado el proyecto de desdoblamiento de la vía por motivo de la crisis, hace algo más de dos meses, las Juntas Generales de Bizkaia aprobaban por unanimidad una proposición presentada por el PP en la que se insta a la institución foral a construir dicha medida. El PNV abogaba por instalar radares en ambos sentidos, ya que el 36% de los siniestros registrados se produjeron por un exceso de velocidad. Sin embargo, se lamenta De la Hoz, «todavía no se ha hecho nada».

La colaboradora de Stop Accidentes , con sede en Durango, solicitó también que esos 12 kilómetros de trazado sean considerados ‘puntos de alta concentración de accidentes’ con el objeto de que los conductores levanten el pie del acelerador y «circulen con precaución». «Nos hemos acostumbrado a oír que hay accidentes en ese punto, pero detrás hay familias destrozadas», aseguró.