Las zarzas cuelgan del muro de Pau Casals.
Y son gruesas.
Esto no es nuevo, y se repite con frecuencia.
Las zarzas alcanzan la acera y el paso de la gente. Nos prometieron que limpiarían el muro y que le darían soluciones para que no fuese tan agresivo. Nada de ello han hecho.
Colocaron farolas afeando más el muro con la red de cables del alumbrado.