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PUBLICADO  en GARA 2014-10-06

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Día de la Arquitectura. Regeneración en degeneración

Hoy se celebra el Día Mundial de la Arquitectura instaurado por la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) en 1985. La Arquitectura, la más social de las Bellas Artes, afecta a la comunidad en la que se implanta. Este componente antropológico es sumamente importante ya que la arquitectura como contenedor, pero especialmente el urbanismo, son el ámbito donde se desarrolla la vida cotidiana del ser humano.

Iñaki URIARTE Arquitecto

Asistimos desde hace demasiados años, muy pasivamente, a una hecatombe arquitectónica en Bilbo iniciada por el nefasto alcalde Iñaki Azkuna que impulsa un poderoso y peligroso, arquitectónicamente hablando, personaje; Andoni Aldekoa, su asesor y director del Gabinete de Alcaldía. Tendencia incomprensiblemente consentida por su sucesor Ibon Areso, siendo además arquitecto con una larga experiencia en la administración pública quien promovió el reconocimiento patrimonial del Ensanche (1981-1982).

En apenas un año se han conocido tres episodios de ignorancia, sino barbarie arquitectónica. El cuasi regalo del antiguo palacio Lezama Leguizamón, sede de BBK (Gran Vía 23) para su conversión en un bazar textil destrozando su rico interior. El derribo con inadmisibles excusas del edificio de Iberdrola en la esquina Gardoqui, Astarloa. La ocupación de un espacio público anexo al rascacielos del BBVA en la plaza Circular. Asimismo, la indiferencia ante las obras de limpieza de la iglesia de los Jesuitas que debía llevar implícita la reposición de los dos pináculos desmontados en 1989. Algunos, por negligentes, están cometiendo un fraude y algo más.

Es preciso denunciar esta pandemia arquitectónica que padece Bizkaia y que, en el caso de Bilbo, tiene unos responsables iniciales que se reiteran en la Comisión del Patrimonio, integrada por funcionarios sumisos a los designios políticos inmobiliarios: Maiz, concejal; los arquitectos Sabas; Ocio, Alcibar; Iriarte, Agirregomozkorta, y dos miembros externos (una representante de la Universidad de Deusto, M.J. Cava, siempre al lado del poder PNV, y otra del Colegio de Arquitectos N. Etxarri, que al menos discrepa). En realidad es la comisión de la calamidad.

La evocación de este Día de la Arquitectura no puede eludir el Congreso de Regeneración Urbana celebrado en Bilbo bajo el síndrome de la anglofilia imperante, Bilbao Bizkaia Architecture (BIA) y que en la realidad es Bajo Índice Autoestima. Este ambiguo por inconcreto congreso convocado por un grupo de arquitectos de la delegación en Bizkaia del Colegio de Arquitectos, con una visión exacerbada mente localista,muy en el estilo PNV, podría haber servido para una profundización, análisis y crítica del concepto de regeneración urbana y estudiar la gran oportunidad perdida en el área metropolitana de Bilbo. Pero no interesaba incomodar al poder que pagaba, Ayuntamiento y Diputación, 225.000 euros para derrochar sin límites.

Supone un grave engaño colectivo que se propicie la idea de regeneración urbana con lo que debe implicar de sostenibilidad, recuperación, ahorro energético y económico, etc. y se permanezca indiferente ante las atrocidades antes relatadas. Regeneración en degeneración. El comité organizador ha mentido deliberadamente a los poderes públicos patrocinadores, a los medios de comunicación y a la sociedad al anunciar la llegada de unos 300 expertos cuando, en realidad, han sido solo seis, ponentes remunerados, cosa que tampoco importa ya que el objetivo era otro.

Había que realizar unos actos de relleno para que concluyesen con lo que interesaba, un festejo político publicitario. Dar un premio a un personaje de la arquitectura famoso; primero pensaron en Gehry, recurso ya agotado, y finalmente acudieron a Foster, que está menos visto, como supuesto autor del Metro Bilbao. Se le entrega un trofeo y posa toda la estirpe política, con oportunistas añadidos, en una cena de gala para los de siempre abonada con fondos públicos (alquiler del atrio 6.360 euros más ambientación lumínico sonora, efectos especiales, adornos, azafatas, gastronomía, un denigrante despilfarro; en total unos 14.500 euros que hemos pagado los contribuyentes). En definitiva lo que disimulada pero descarada y palpablemente se buscaba.

El Metro, Foster, falsedades y festejo

La concepción del trazado, geotecnia, diseño y desarrollo de la obra, especialmente las numerosas soluciones a variados problemas de la perforación bajo tierra con pozos, galerías y túneles sumergidos, son hazañas de la ingeniería. La excavación en caverna previendo una entreplanta distribuidora en las estaciones, sus recorridos subterráneos, la resolución de los accesos e implantación de distintos tipos, escaleras fijas, automáticas y ascensores en el contexto urbano, son decisiones estudiadas y acertadas de los técnicos de las ingenierías y de Imebisa (Ingeniería Metro Bilbao) que los proyectaron, realizaron y controlaron.

En esta grandiosa obra participaron cerca de 200 ingenieros, casi todos vascos, y si en alguien se puede personalizar la obra técnica es en los ingenieros de Imebisa, actualmente Euskal Trenbide Sarea, Agustín Presmanes, coordinador de los temas generales y de gestión, y el fallecido José Ramón Madinabeitia, responsable de la parte técnica, del control y seguimiento. Foster Associates interpreta y reviste lo que la ingeniería le proporciona, enfatiza la forma.

Es una rotunda e inadmisible ligereza muestra de desconocimiento de la realidad y frivolidad del comité organizador conceder a Norman Foster, además 19 años después, el mérito del Metro de Bilbo. Constituye un desprecio ignorar a todos los que hicieron el trascendental trabajo previo, además de una manipulación de la historia de la obra pública en Bilbo, una usurpación de la propiedad intelectual, y un intolerable fraude cultural.

 

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